La tenue luz me hace abrir los ojos.
La ventana está abierta y una suave brisa mueve mis oscuras ondas, aún brillantes y "peinadas" de anoche. Sólo se aprecia la puerta entornada y mi vestido de la fiesta, arrugado y amontonado en la silla... veo los tacones y recuerdo esa rozadura que me intentaba impedir bailar, disfrutar de ese momento en que me agarraba por la cintura y entrelazaba sus dedos entre mis ondas... yo le sonreía mientras la luz de la farola de esa pista me obligaba a cerrar los ojos. Nunca me ha gustado demasiado bailar, pero esa noche era imposible resistirse a su petición...
Hubo un momento en que nos alejamos de la multitud. Cerca de la verja, debajo de "Limonero", mi árbol favorito desde pequeña, y vimos la luna. Parecía que iluminaba nuestro momento. Íntimo, tranquilo y bonito, sobretodo eso. Sus finos labios, afrutados y blanditos, me llevaron a través de los recuerdos a ese mundo tan personal, donde todo es perfecto y posible al mismo tiempo...
Ahora sólo soy yo. Una chica cualquiera que se despierta, pero aún sigue en su dulce sueño...
Sentimos mucho no poder actualizar a menudo. Estamos en época de exámenes...
cuando lleguen las vacaciones recuperaremos el tiempo perdido... :)
si te hacían daño los tacones habértelos quitado jobá!
ResponderEliminaral fin y al cabo, los sueños no se acaban por mucho que abramos los ojos.
ResponderEliminar¡Un beso!
Jo.. malditos sueños..
ResponderEliminarLo peor no es soñarlos, sino despertarse :(
Bueno, los sueños solo duran una noche y hay veces que quieres que acabe ya pero otras veces que no.
ResponderEliminarMe gusta tu blog,te sigo vale? pasate!
Un besito! (:
Escribo una historia,un libro, llamado "Hilos desechables". Lo publico en blogger al igual que en tuenti: Anne Morrison; Pasate por mi blog y leelo, si te gusta comenta y sígueme. Muchas gracias ^^
ResponderEliminarhttp://annemorrison.blogspot.com